top of page

15 y casi 17 – Pensamientos de una mamá entre el orgullo y el dejar ir

Hoy es un día especial: mi “pequeña” cumple 15.

 

Y mientras celebramos su cumpleaños, me doy cuenta de que mi mayor en pocos meses ya tendrá 17.

 

Dos adolescentes – dos jóvenes mujeres que están en medio de la vida, que buscan sus propios sueños y caminos.

¿Y yo? Estoy en medio de todo, con orgullo, con amor, pero a veces también con un poco de nostalgia.

 

A veces las miro a las dos y todavía veo a esas niñas pequeñas con ojos brillantes, que me preguntaban todo y lo compartían todo conmigo. Hoy se han vuelto adultas a su manera.

Discuten, ríen, sueñan y viven su propia vida, y yo me quedo un poco al lado.

 

A veces como oyente, a veces como pararrayos, a veces simplemente como la que se sienta en silencio al lado y piensa por dentro: Wow, se están convirtiendo en mujeres increíbles.

 

Es un proceso hermoso, pero también desafiante. Siento cómo nuestro lazo invisible se estira.

 

Cada vez toman más decisiones por sí mismas, y eso está bien. Pero a veces desearía volver a un momento en el que yo todavía era la que podía “hacer todo bien”.

Y cuando pienso que mi mayor en tres años terminará el bachillerato y la pequeña solo un año después… sí, ahí se me encoge un poco el corazón.

Porque sé: entonces comenzará una nueva etapa. Para ustedes. Para mí. Para nosotras.

 

 

De mamá a acompañante

 

 

Antes yo era la que lo sabía todo, la que consolaba, curaba y protegía. Hoy suelto, escucho, sostengo. Estoy ahí cuando me necesitan – pero también aprendo a dejarles su espacio. No siempre es fácil, pero confío en ustedes. Y descubro quién soy yo misma, más allá del rol de mamá.

 

No importa cuán grandes se hagan, no importa qué caminos elijan: ustedes son y siempre serán mis niñas.

Amo nuestro caos, nuestras bromas internas, nuestros momentos en los que simplemente somos nosotras.

Y amo ver cómo se hacen fuertes, porque sé que una parte de esa fuerza viene de mi amor.

 

 

A todas las mamás

 

 

Tal vez conozcas también esa sensación de estar entre la risa y el soltar. Entre el orgullo y un poquito de nostalgia.

Está bien sentirse así. Podemos estar orgullosas – no solo de nuestros hijos, sino también de cómo los acompañamos.

 

Hoy, en este cumpleaños tan especial, solo estoy agradecida.

Por ustedes dos. Por todo lo que fue. Por todo lo que vendrá.

bottom of page